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18/9/08


Las fuerzas guerreras mexicas, los guerreros águila y jaguar

Equipo: Pedro Martín Aguilar, César Emiliano Escalona Prado, Jorge Kasep Rodríguez, Juan Josè Jaimes Medrano y Diego Vasquez

Tema: Los guerreros águila y jaguar, dentro de la cultura mexica.

Subtemas:

• El simbolismo de la guerra para los mexicas.
• Los mexicas, un pueblo guerrero. ¿Qué pasó con el espíritu aguerrido en los mexicas?
• ¿Quienes eran los guerreros águila y qué significaba el águila para el pueblo mexica?
• ¿Quiénes eran los guerreros jaguar y que significaba el jaguar para el pueblo mexica?

Justificación:

“¿Quién podrá sitiar a Tenochtitlan?
¿Quién podría sitiar los cimientos del cielo?
Con nuestras flechas
Con nuestros escudos
Está existiendo la ciudad”
Cantares mexicanos.

Con la guía espiritual de Huitzilopochtli, el colibrí zurdo, dios patrono de los mexicas, este pueblo se convirtió en el pueblo más poderoso de Mesoamérica durante el posclásico y no podría ser de otra forma, siendo Huitzilopochtli la deidad de la guerra.

La guerra, concebida como un ritual, repleto de misticismos y aspectos de religiosidad, obedecía fundamentalmente a la necesidad de dominar a otros pueblos, para así obtener bienes tributarios que alimentaban a la gran urbe de Tenochtitlan.

La guerra para los mexicas era en una actividad económica por excelencia, actividad vital que, junto con la agricultura, garantizaba el sustento de una civilización compleja y cada vez más demandante.

Además de su papel económico, cada conquista militar jugaba un papel de legitimación de la clase gobernante. El sacrificio de los derrotados proporcionaba la sangre de los que aseguraba la continuidad del sol y, por lo mismo, la continuidad de la gran Tenochtitlan.

Dos de las figuras mas emblemáticas de la tradición militar mexica, fueron las “caballerías” Águila y Jaguar, las cuales constituían verdaderas elites guerreras .

En este trabajo pretendemos entonces encontrar la esencia de estos dos iconos de la cultura, tanto precolombina como contemporánea y, al mismo tiempo, trataremos de encontrar la respuesta a una incógnita que ha surgido durante la gestación de esta primera parte del trabajo. ¿Porqué, a diferencia de otras culturas guerreras en el mundo, las cuales, a pesar de su derrota, han preservado las tradiciones y valores de sus elites militares, las de los guerreros Águila y Jaguar quedaron absolutamente en el olvido.
Como puede observarse, este es un tema que podría despertar el interés de los cibernautas para investigar, reflexionar y polemizar, desde diferentes ángulos, ya sea históricos, psicológicos, económicos, o de cualquier naturaleza, acerca de las elites guerras mexicas y las razones de su ausencia en los referentes culturales de nuestros días. Este es, desde nuestro punto de vista, un buen tema para “blogear” y al mismo tiempo enriquecer nuestro proceso de aprendizaje.


Aunque no se dispone información exacta acerca de la organización del ejercito mexica, sí se cuenta con los suficientes elementos para realizar una especulación acerca de su estructura básica.

El rango dentro de la organización estaba asociado por lo general, al número de prisioneros capturados en las batallas, entre mas cautivos, más alto se hacía el estamento militar, así pues la captura de guerreros de ciertos pueblos era más valiosa que la de guerreros de otros.
Así mismo la clase social a la que se perteneciese daría un rango determinado.

El rango militar se reflejaba en su ropa y ornamenta, los rangos más bajos se constituían por los recién reclutados; cuando uno de estos soldados conseguía capturar a un enemigo sin ayuda, se convertía en telpochyahqui y recibía todo tipo de honores.
Cuando hubiera sometido a tres enemigos se convertía en tiachcauh, es decir un líder de los jóvenes y automáticamente pasaba a vivir al telpochcalli donde instruiría a los jóvenes acerca de la guerra.
Al haber hecho cautivos a cuatro enemigos, recibía el traje de guerrero jaguar.
Mas allá de los cuatro enemigos las recompensas dependerían de la ferocidad de los enemigos capturados y de su estatus social.

Aún así a partir de los cuatro capturados, el guerrero podía ingresar al ejército mexica de manera permanente y ocupar un puesto de mando, lo cual convertía al ejercito un sistema donde los más capaces para la guerra pudieran acceder a puestos importantes.
Sin embargo existían restricciones para los macehuales que, al no pertenecer a la nobleza, no podían ocupar el estamento superior dentro de la armada mexica.

El máximo estamento para las fuerzas mexicas al parecer era pertenecer a las ordenes militares dentro de su ejército.
Ser admitido en una de estas órdenes significaba el haber llegado a la cúspide militar.
Las ordenes más conocidas son la de los Guerreros Águila y Jaguar.


Guerreros águila del Imperio Mexica
Los cuauhpipiltin
Hubo en el Tenochtitlán prehispánico una Orden de caballeros, a la usanza de las Órdenes medievales europeas de caballería, que profesaban la milicia y hacían voto y promesa de morir en defensa de su patria y de no huir ante el enemigo ni desertar, siendo éstos atados por un irrefutable código de caballería. Los guerreros águila eran una organización que se regía por sí misma, por lo cual sobre ella no existía una verdadera fuerza del Estado que la subordinase, sin embargo, el primordial objetivo práctico de la Orden, al igual que la mayoría de las que existían en Tenochtitlán, era el de servir como fuerzas de élite en el ejército del Estado. Estos caballeros por lo tanto eran nobles bastante bien posicionados y acaudalados, que poseían terruños y cargos de prestigio en la sociedad, que eran ganados mediante los combates que ganaban y el premio que la comunidad entera y el emperador brindaban a sus héroes para tenerlos bien satisfechos.
La función del guerrero águila, no era únicamente la de combatir con gran táctica y de dirigir tropas en batalla, sino también la de fungir como una especie de sacerdote adorador de las divinidades consagradas a la guerra y al poder viril del hombre, y más aún remarcado en los guerreros águila, a su patrón, el Sol.
Los guerreros águila, al igual que las demás organizaciones beligerantes, para reconocerse pertenecientes a tal grupo, se vestían usando atuendos sumamente ostentosos, con plumajes y pieles muy costosas, todo el atuendo representando al animal al que estaba adjudicada la Orden, en el caso de los caballeros águila, éstos portaban plumas y ropajes dorados de tocados exóticos para representar el plumaje de un águila, siempre acompañados de sus tradicionales escudo y la maza con incrustaciones mortíferas de obsidiana.
Como hemos dicho, guerreros águila tenían por dios, caudillo y patrón al Sol. La fiesta en honor suyo se llamaba 'Nawi Ollin'. Se celebraba dos veces en el año: el 17 de marzo y el 2 de diciembre; las dos veces que en el año cabía el número de 'cuarto curso o movimiento' ('Nawi Ollin').
Esta Orden de caballeros tenía su templo y casa particular curiosamente labrada, de muchas salas y aposentos, donde se recogían y servían fieles a la imagen del Sol en Tenochtitlán. Y, dado que todos eran casados y tenían sus casas particulares y haciendas, tenían, empero, en aquellos aposentos y casas del templo, a sus prelados y mayores, a quienes obedecían y por cuyas ordenaciones se regían, y donde había gran número de mozos y servidumbre que profesaban de seguir aquella Orden de caballería que entre ellos se nombraban 'Los Comendadores del Sol', cuya divisa llevaban cuando iban a la guerra.
Su templo se llamaba 'Kuakuauhtin Inchan', ubicado en el Cuauhcalli, que quiere decir 'la casa de las águilas'; por metáfora, la casa de los hombres valientes. En lo alto de este templo, había una pieza mediana junto a un patio. En la pieza, sobre un altar, estaba colgada en la pared una imagen del Sol, pintada de pincel en una manta, con una figura de mariposa ('Nawi Ollin'), con sus alas, y alrededor de ella, un cerco de oro, con muchos rayos y resplandores que de ella salían. Para subir a esta pieza había cerca de cuarenta gradas. Se oraba frente a esta imagen cuatro veces entre día y noche y se le hacían toda clase de ritos y ofrendas relacionados con la sangre, la guerra, las armas, la virilidad y atributos de los dioses guerreros como Huitzchilopochtli.
Esta fiesta se solemnizaba de la manera siguiente: había que ayunar hasta que haciendo el Sol su curso, llegaba al cenit del mediodía, punto en el cual tomaban los sacerdotes caracoles y bocinas y hacían la señal para que la gente acudiera al templo. Acabando de ofrecer sus ofrendas este día, alzaban los ojos al Sol y aclamaban para pedir buenaventura a los grandes Señores de los Cielos.
Hubo siete órdenes de guerreros organizados en sus respectivas casas de caballería: Águila, Serpiente, Ocelotl, Lobo, Venado, Coyote y Chapulín, aunque los más numerosos, capacitados y populares resultaron los guerreros del ocelote y el águila, por ser los que mayores batallas decidieron y más grandes encuentros favorables libraron con los enemigos del Imperio.
Sabemos mucho actualmente sobre los guerreros águila, no sólo por la arqueología en Tenochtitlán, sino también por el registro en los códices mexicas que aluden continuamente a los guerreros de las altas élites; algunos códices indican que entraban en un profundo estado de meditación y podían durar en un sitio de cuclillas y sin moverse, sin comer ni beber durante al menos dos semanas, simplemente esperando el momento oportuno para atacar y matar de un golpe a su enemigo, gracias a las magníficas e infalibles artes marciales que les eran enseñadas en el templo.
Un guerrero águila debía de seguir los siguientes pasos para ser iniciado en las armas sagradas, una vez que los sacerdotes del templo le otorgaban la gracia de pertenecer a la Orden, tras haber visto sus atributos en alguna pelea o servicio a la misma Orden:
1. 'Mazewaliztli' (elección, merecimiento y preparación).
2. 'Tozoztli' (la agonía, vigilia).
3. 'Xochimiki' (muerte florida).
4. 'Tlakatia' (nacimiento) o Izkaltia (resurrección).
Más tarde, los sacerdotes del templo pronunciaban un salmo que dotaba del rango de caballero águila a los nuevos soldados, del cual el siguiente fragmento es una pequeña parte: “Intlayak ik mo-katzawani in tletlakolli, aya makizkia.” (Si nadie se hubiera mancillado con el pecado, nadie moriría).
El fin de los guerreros águila, al igual que el resto de las fuerzas armadas mexicas, sobrevino con la guerra de la Conquista, donde este tipo de organizaciones belicistas fueron usadas como principal acometedor de la defensa del estado mexica, por lo que las legiones de caballeros de altos rangos se diezmó hasta tal punto que las grandes Órdenes desaparecieron con el avance español, lo que atenuó en gran medida la defensa mexica, sin sus más importantes luchadores de siempre. Así pues, en los registros españoles, se tiene datado que entre los pavorosos guerreros águila y ocelote, se repartieron el 80% de las bajas del invasor español, lo que asegura tal teoría acerca de la caída de la defensa mexica sin sus ordenes de caballería principales.

Parte de un registro gráfico mostrando el tributo rendido a los mexicas





17/9/08


Guerreros jaguar (ocelopilli):
En el antiguo imperio mexica existían principalmente dos tipos de guerreros, consagrados al jaguar y el águila, animales que representaban a la oscuridad y la luz respectivamente dentro de la mitología mexica. La diferencia radica en que aquellos que procedían de la clase baja, los denominados macehualtin, formaban parte de los guerreros jaguar, mientras que a los guerreros águila pertenecían aquellos venidos de la nobleza.
El jaguar estaba consagrado a la Madre Tierra Llamatehcutli, pues ambos tienen por territorio el silencio y la oscuridad. Por estas razones, tras un sacrificio de un guerrero jaguar se esperaba que los dioses multiplicaran los alimentos, el agua, la energía del sol y la hospitalidad y fertilidad de la Madre Tierra. De esta manera, el sacrificio de un guerrero, la entrega de su sangre y espíritu al Chacmol, el mensajero celestial de los dioses, era voluntario y muy significativo para el pueblo, más que el de aquellos jugadores de pelota o los esclavos de batallas.
Mediante el calendario sagrado, adivinatorio y astrológico Tonalpowalli (cuya duración es de 260 días, aproximadamente lo que se desarrolla un feto dentro del vientre de la madre) se podía conocer quienes eran los que estaban destinados a ser guerreros.
Por lo general los guerreros jaguar eran quienes militaban al frente de las campañas bélicas, en las que debían de capturar a doce enemigos vivos en dos batallas, es decir seis en cada una, para lograr llegar al rango de los guerreros águila, quienes ejercían el espionaje, la mensajería entre tribus, y las exploraciones a tierras extranjeras.

21/8/08


Imagen de un Guerrero Jaguar

Fuentes:
  • http://www.aztecah.com/esp/mexico/Guerrero_aguila.htm
  • http://www.enplenitud.com/nota.asp?notaid=9824
  • http://es.wikipedia.org/wiki/Guerrero_jaguar
  • Trejo Silva ,La imagen del Guerrero Victorioso en mesoamérica, archivo en pdf, 38 paginas.
  • Gómez Mario, Malinaco:el lugar sagrado de los guerreros Mexicas, www.aztlanvirtual.com
  • Jacques, Soustelle, El universo de los aztecas, México, Fondo de Cultura Económica, 1986.
  • George, Vaillant, La civilización azteca, México, Fondo de Cultura Económica, 1994.

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